lunes, 17 de diciembre de 2012

CUENTO

Hoy os quiero dejar con un cuento para reflexionar sobre las "necesidades creadas", para que hagamos un ejercicio de responsabilidad y sinceridad sobre cuántas y cuáles de las cosas que más felices nos hacen y más bienestar nos proporcionan son materiales (una vez cubiertas las necesidades básicas) o tienen que ver con el contacto, el afecto, las relaciones con los demás y con uno/a mismo/a, etc.

El cuento dice así:

 
Un banquero de inversión estaba en el muelle de un pueblito costeño cuando llego un botecito con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El banquero elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos.

El pescador respondió que solo un poco tiempo. El banquero luego le pregunto porque no permanecía más tiempo y sacaba más pescado.

El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia. El banquero luego preguntó, “¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo?” El pescador dijo, “duermo tranquilo, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, caigo todas las noches al pueblo donde como y toco guitarra con mis amigos. Tengo una vida extremadamente feliz y ocupada.”

El banquero replicó, “Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes, eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador, eventualmente abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y eventualmente a Nueva York, donde manejarías tu empresa en expansión”.

El pescador preguntó, “Pero, cuánto tiempo tarda todo eso?”.

A lo cual respondió el banquero, “entre 15 y 20 años”.

“¿Y luego que?”. El banquero se rio y dijo que esa era la mejor parte.

Cuando llegue la hora deberías anunciar un IPO (Oferta inicial de acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones”. Millones, ¿y luego qué?”

Dijo el americano, “Luego te puedes retirar. Te mueves a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde comas y toques guitarra con tus amigos”.

El pescador respondió, ¿acaso eso no es lo que tengo ya?

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